viernes, 12 de septiembre de 2008

G8: CUMBRE A LA SOMBRA DE LA CRISIS

La frase que dijo el secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon no es que sea reveladora; pero parece que cuánto más se oye más preocupa a la sociedad. Como si no tuviésemos bastante con una, el mundo se enfrenta ni más ni menos que a tres crisis: una alimentaria, una crisis del clima y una crisis del desarrollo. Estas tres crisis además están interconectadas.
El archiconocido G8, es un grupo de países industrializados del mundo cuyo peso político, económico y militar es muy relevante a escala global. Está conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia. Los orígenes del G8 se establecen en 1973, con menos miembros, a lo largo del tiempo se han ido incorporando países hasta los ocho que son en la actualidad. Los representantes de estos ocho países se reúnen anualmente en lugares pertenecientes a alguno de los miembros en la llamada Cumbre del G8. El objetivo de estas reuniones es analizar el estado de la política y las economías internacionales e intentar aunar posiciones respecto a las decisiones que se toman en torno al sistema económico y político mundial.
En una de las polémicas cumbres del G8 realizada en julio de este año en la isla japonesa de Hokkaido se debatió sobre el alza de los precios en productos de primera necesidad como los alimentos y en el petróleo. Es evidente que la crisis ya está aquí y hay que tomar medidas inmediatas. Este grave problema que se cierne sobre la mayoría de países del planeta ha desplazado el centro de atención del tema planeado previamente como prioritario de la cumbre, que iba a ser el calentamiento global, y ha centrado la atención sobre los problemas económicos generalizados por casi todo el planeta.
Es triste saber de qué forma los intereses económicos se superponen a otro tipo de problemas también de carácter urgente como el calentamiento global. Pero ya se sabe “poderoso caballero es don dinero”.
Por otra parte es grato saber que el peso de la toma de decisiones a nivel global se debata con otros países, en este caso el llamado G5 (México, Brasil, China, India y Sudáfrica), ya que estos países cuentan con el 40% de la población mundial y son economías emergentes. Ya iba siendo hora de ponderar el peso de las decisiones en más países que los que están en la cabeza de la lista de mayores economías.
También he de destacar la propuesta del presidente Mexicano llamada “Fondo Verde”, en la que se invita a todos los países contribuyan a un fondo unilateral en proporción a su población, nivel de emisiones y PIB per cápita. Ya que en el G8 los problemas medioambientales suelen ser como se diría coloquialmente segundo plato.
Por otra parte los líderes de varios países africanos se reunieron con George Bush para tratar cuestiones sobre otra de las crisis: la alimentaria, y también cuestiones políticas como los problemas acontecidos en Zimbaue,
El G8 no solo tiene que enfrentarse a las sonadas protestas que se producen cada vez que hay una cumbre, también tiene que enfrentarse a las acusaciones de no haber cumplido sus promesas de hace tres años de duplicar la ayuda económica al continente africano para el 2010 con el fin de reducir la pobreza, cosa que no creo que ocurra ahora porque la crisis es una buena excusa para seguir posponiendo esta medida.
Otros de los asuntos que se trataron y de los que había expectativas que se tratasen fueron: el tema de los biocombustibles (muy oportuno a la par que controvertido debido a la subida de precios del petróleo), el conflicto de Irán, las guerras de Irak y Afganistán y el desarme de Corea del Norte.
Otro polémico tema que se trató fueron los planes de E.E.U.U. de instalar sistemas de defensa antimisiles en la República Checa y Polonia, esta decisión va en la línea de la obsesión estadounidense por la seguridad a la que pretende arrastrar al mundo entero. Corresponsales presentes en las negociaciones afirmaron que no había habido grandes entendimientos entre los líeres de Moscú y Washington con respecto a este tema.
El mundo entero está pendiente de los resultados de las cumbres del G8 ya que sus decisiones afectan a la economía global y a muchos otros aspectos como medio ambiente, hambre, petróleo etc. Aunque para que engañarnos, las prioridades de estas cumbres suelen ser motivos económicos, y no se debate precisamente si se perdona la deuda externa a los países del tercer mundo.

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